
Tiempo de Silencio
- El 8 marzo, 2019
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- Eberhard Petschinka, Luis Martín-Santos, Rafael Sánchez, Teatro de la Abadía, Tiempo de Silencio, Vicente Aranda
La novela de Luis Martín-Santos Tiempo de Silencio , 1961, ha sido estudiada en todos los institutos desde la transición. Llevada al cine en el 86 por Vicente Aranda y ahora adaptada al escenario por Eberhard Petschinka en el Teatro de la Abadía. Dirigida inteligentemente por Rafael Sánchez e interpretada por tres actrices y cuatro actores entre los que me encuentro yo.
Podría hablar de la puesta en escena, del trabajo de construcción de personajes, de la sugerente escenografía desangelada pero con todo lo necesario para que el elenco dibuje lugares, ambientes , tensiones, podría hablar de como el director ha llevado una novela tecnicista, descriptiva , adelantada a su tiempo, a una narración con reminiscencias brechtianas, que te va atrapando y sumergiendo en el drama de una época oscura de nuestra historia. Podría hablar del rico lenguaje de la novela, un lenguaje que cuenta por si mismo las diferencias de origen , la clase social, el modo de vida. Podría hablar de muchas cosas mas, pero no quiero hablar de nada de esto porque lo que me viene a la mente es lo que comentó una buena amiga tras ver la función.

Foto de @alvaroserranosierra
Después de los parabienes de rigor , risas y chascarrillos de la profesión, dejo caer que no entendía por que se montaba una obra de teatro adaptada de una novela del 61. Ella no veía la vigencia, la necesidad de contar esta historia de nuestra historia reciente. Dejándose ver cierto aire de que el teatro tiene que ser de determinado tipo, contener determinadas reivindicaciones o yo que sé el qué.
Se le preguntó inmediatamente sobre la vigencia de montar un Otelo, un Romeo y Julieta, un Comedia sin título, una Cantante Calva, etc. Ella fue hábilmente encontrando buenas razones que justificaban la vigencia de estos textos, es una persona inteligente y discurre bastante bien. Pero todo ese esfuerzo que hizo a posteriori para justificar las obras que se le iban diciendo, no lo hizo anteriormente para ver que Tiempo de Silencio tiene vigencia hasta en el título. En esta obra hay de todo de lo que lamentablemente no nos hemos librado. Y aunque de algunas de ellas, afortunadamente, estamos lejos de como estaban en el tiempo en el que discurre la acción, en países no muy lejanos las tienen tal cual entonces o peor.
En la novela y en la función hay machismo y cosificación de las mujeres, hay violencia de género, hay brecha de clases, hay conformismo social, hay represión, hay abandono hacia la investigación científica, hay abusos sexuales continuados y ocultados, hay muertes por la practica de abortos clandestinos, hay vivienda indigna, hay pobreza. Hay de todo eso y más. Hay que hablar de ello, ver la función , la película o leer la novela. Es absolutamente vigente y no hay que olvidar.
Hasta el 17 de Marzo en el Teatro de la Abadía.
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